Esta publicación está basada en la charla que di el pasado día en Desgranando ciencia, que trataba de uno de mis temas predilectos: la evolución de las estrellas y la nucleosíntesis. Que lo disfrutéis.
El origen de las primeras estrellas

Esta publicación está basada en la charla que di el pasado día en Desgranando ciencia, que trataba de uno de mis temas predilectos: la evolución de las estrellas y la nucleosíntesis. Que lo disfrutéis.
El agua es un compuesto magnífico. Sin agua, la vida tal y como la conocemos sería imposible; estamos hechos de ella, vivimos en ella, dependemos de ella. Me maravilla porque se comporta de maneras tan distintas, posee unas propiedades físico-químicas tan claves, que cuando dejamos de aceptarla como una sustancia ordinaria y nos paramos a analizarla de verdad, parece mentira que sea sólo el resultado de la unión de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Estos elementos por separado manifiestan otras características, pero juntos son algo más. Y eso es lo bonito de la química y la lección aristotélica de hoy: el todo es mayor que la suma de las partes. Por eso, entre otras razones, me viene perfecta la cita del mítico Bruce Lee.
Be water my friend.
Al más puro estilo Dragon Ball, esta viñeta explica brevemente en qué consiste la fusión de dos átomos, uno de hidrógeno (más concretamente deuterio porque tiene un neutrón extra en su núcleo) y otro de helio-3, un isótopo ligero del Helio poco común en la Tierra. Antes de explicar por qué he elegido esta forma de fusión para empezar, quiero hacer un breve repaso sobre la energía nuclear en general y las expectativas de futuro que hay al respecto.