El agua es un compuesto magnífico. Sin agua, la vida tal y como la conocemos sería imposible; estamos hechos de ella, vivimos en ella, dependemos de ella. Me maravilla porque se comporta de maneras tan distintas, posee unas propiedades físico-químicas tan claves, que cuando dejamos de aceptarla como una sustancia ordinaria y nos paramos a analizarla de verdad, parece mentira que sea sólo el resultado de la unión de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Estos elementos por separado manifiestan otras características, pero juntos son algo más. Y eso es lo bonito de la química y la lección aristotélica de hoy: el todo es mayor que la suma de las partes. Por eso, entre otras razones, me viene perfecta la cita del mítico Bruce Lee.
Be water my friend.