Carbohidratos y caries

Es una realidad sencilla pero no obvia; entre sus múltiples beneficios, una buena alimentación repercute en la salud de tus dientes. El problema radica en saber qué es una dieta saludable y, dada todas las contradicciones nutricionales que podemos encontrar por ahí, qué diantres debemos comer para minimizar la posibilidad de sufrir una caries.

Ahí va un pequeño consejo: elige bien los carbohidratos que te llevas la boca. No me refiero sólo a caramelos y chuches o sacarosa en general, si no a otros tipos: panes, harinas refinadas, cereales y pastas. Con esto no quiero decir que dejes de tomarlos pero, en serio, trata de minimizar su ingesta.

¿Por qué?

Bueno, además del impacto hormonal que tienen estos alimentos en nuestro cuerpo (un tema que daría para varias entradas largas), también suponen un verdadero festín para las bacterias de nuestra boca. Y es que los carbohidratos que comemos empiezan a descomponerse en azúcares sencillos desde el primer mordisco gracias a una enzima, la Amilasa. Como consecuencia, dichas bacterias también se alimentan de estos azúcares, se reproducen en mayor número y liberan ácido que corroe el esmalte de los dientes. Y así empiezan las caries.

Podríamos decir que si reducimos éstos carbohidratos, mermamos la frenética actividad destructiva de las bacterias y aumentamos nuestras posibilidades de mantener el esmalte sin perforaciones.

Otras recomendaciones, dado lo que acabo de explicar, es no beber líquidos excesivamente ácidos. No importa si viene de bacterias o de una fuente externa, en general el ph ácido no sienta bien al esmalte. Si sumamos dos y dos, las bebidas carbonatadas son el demonio.

Yo que tú me lo pensaría bien antes de beber ese refresco que tanto te gusta y ten cuidado con los cítricos, que de nada hay que abusar.

Y por último lo ya conocido; hay que cepillarse los dientes después de cada comida, pero ten en cuenta que mientras más comidas hagas, más cepillados, una acción que es en sí misma abrasiva. Come tres veces al día, que es más que suficiente para mantenerse bien nutrido, y no cinco o seis como se ha puesto de moda.

Ah sí, y visita tu dentista al menos una vez al año. Es más barato prevenir que arreglar.

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Eufemismo azucarado

La nutrición es posiblemente una de las áreas más confusas y cambiantes que puedes encontrar en Internet; lo mismo leemos un supuesto estudio alabando las propiedades nutritivas de cualquier producto, que encontramos un vídeo donde juran y perjuran que el mismo alimento produce cáncer.

Si te interesa la salud como es mi caso, es importante saber elegir tus fuentes de información, identificar a los profesiones que se mantienen al día con estudios serios y alejarte de charlatanes y falsos gurús cuya intenciones son más que dudosas. Para encontrarlos es importante poseer una buena base de conocimientos que te ayude a identificar quién está vendiéndote la moto o en cambio quién se preocupa por comunicar con rigor cualquier información que ayude a mejorar tu calidad de vida.

Si, por la razón que sea, no dispones de esta base, te aconsejo que vigiles el trabajo de Juan Revenga, Dietista-Nutricionista y Biólogo, y la persona que inspiró la imagen de hoy. Hace unos días me topé con un artículo suyo en El País sobre alternativas al azúcar y no podría estar más de acuerdo con él.

Quizá lo hayas escuchado ya, pero no está de más repetirlo: el azúcar es uno de los principales responsables de los problemas de salud en el siglo XXI. Simplemente tomamos demasiada y es una tarea casi épica eliminarla de nuestra dieta puesto que la industria alimenticia la utiliza en infinidad de productos. Ahora bien, cómo dice el señor Revenga, los sustitutos del azúcar que se venden en televisión como alternativas más sanas (dejando de lado los edulcorantes artificiales, que eso es otra historia) no son tan geniales como nos quieren hacer creer. Independientemente de sus propiedades nutricionales no deberíamos engañarnos cambiando el azúcar refinada por miel, por poner un ejemplo, y después pretender tomar la misma cantidad diaria sin consecuencias.

En serio, te recomiendo que leas su artículo ¿Existen alternativas sanas al azúcar?, que no tiene desperdicio. Saludos y… salud.

 

Si no fuera por las vacunas…

Hice esta viñeta a raíz del caso reciente en España de un niño con difteria (ahora bastante grave) cuyos padres eligieron no vacunarlo. Esta enfermedad no se manifiesta en mi país desde 1987 y ahora mismo están corriendo ríos de tinta en periódicos y otros canales de comunicación alertando de lo peligroso que es no vacunarse.

Me preocupa como la desinformación consigue que algunas personas tomen caminos ilógicos y lo que es peor, arrastren a otros con ellos, a sus hijos, que no tienen culpa de nada, o a la comunidad, pues se aumenta el riesgo de contagio.

Por favor, elegid bien vuestras fuentes de información, que como podéis comprobar, a veces es cuestión de vida o muerte.